La adolescente francesa Anaïs Latour se sumerge en un juguete público, sus pechos ardientes y su adorable rostro son cautivadores. Ella trabaja habilidosamente la hombría de su pareja con su boca, antes de que él corresponda, devorando su dulce néctar. La acción escala, su pasión culmina en un acoplamiento salvaje y rudo.